lunes, 29 de octubre de 2018

Transporte de Cuidados Críticos




Programa Internacional de Desarrollo de Medicina de Emergencias

Diplomado en Aeromedicina y Cuidados Críticos del Paciente
Quinta Generación


Investigación
Transporte de Cuidados Críticos

Profesor Titular:
Jaime Charfen Hinojosa, BS, NR-P, CCEMT-P, FP-C.

Coordinador Académico:
L.E. Ricardo Rangel Chávez


TAMP. Alondra Alemán Ríos.

Octubre de 2018.




INTRODUCCIÓN

El transporte prehospitalario ya sea en ambulancia terrestre o aérea se lleva a cabo para aquellos pacientes enfermos o accidentados que demandan una atención médica con carácter de emergencia, pues representa una prioridad absoluta y dicho transporte debe realizarse sin demora para minimizar el riesgo vital de los pacientes y así reciban un diagnóstico y tratamiento oportunos.

Hablando específicamente del transporte aéreo, éste tiene nacimiento como consideración de sus benficios por parte de médicos al presenciar una demostración de globos aerostáticos de los hermanos Montgolfier en el año de 1870. Ya entrado el siglo XX con la creación y desarrollo de prototipos de aeronaves, comienza a impulsarse el transporte aéreo. Cabe mencionar que la mayor presencia de éste surge durante la primera y segunda guerra mundial con el transporte de soldados heridos, disminuyendo así la mortandad, pues la ventaja sobre la velocidad y tiempo era considerable.
En el año de 1972 se da paso a un antes y un después en cuanto al transporte de los pacientes, el hospital St. Anthony en Denver, Colorado establece el primer servicio de transporte aeromédico. Por lo menos en EUA existen más de 650 programas de transporte aeromédico basándonos en la actualidad.

En cuanto a México, son pocos los estados que cuentan con una unidad de rescate aérea; en su mayoría y para desastres naturales o emergencias con gran demanda de pacientes se hace uso de unidades de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Marina Armada de México y Policía Federal.
En nuestro país la NOM-034-SSA3-2013, Regulación de los servicios de salud. Atención médica prehospitalaria en el apartado: 6.4 De las ambulancias aéreas, establece que en cuanto al personal: debe contar con un TAMP o personal de enfermería con capacitación en atención médica prehospitalaria, que demuestre documentalmente haber acreditado cursos de medicina aeroespacial y de interacción con la aeronave. Para las unidades aéreas de ala fija y rotativa, la tripulación de vuelo está supeditada a las disposiones de la Dirección General de Aeronáutica Civil, dependiendo del tipo de aeroave. Y, que en el caso que se proporcione el servicio de cuidados intensivos, deberá contar con un médico que demuestre documentalmente haber acreditado cursos para el manejo del paciente en estado crítico. Y se requiere además tener conocimientos de medicina aeroespacial e interacción con la aeronave y ser el enlace para la entrega-recepción del paciente (DOF, 2014).


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DESARROLLO

    - Tipos de transporte:


El transporte aéreo primario es el que se realiza desde el lugar de la emergencia hacia un centro asistencial, buscando reducir el intervalo de tiempo sin tratamiento y, el transporte aéreo secundario que se realiza de un centro hospitalario a otro, buscando que el paciente reciba un tratamiento definitivo.

Cuando se recibe la solicitud de transporte de un paciente por aerolínea, es importante tener claro cuál es el motivo de la solicitud, la urgencia o no de la misma y las condiciones bajo las cuales se debe realizar, por lo que se pueden identificar varias situaciones; la primera es en la que el pronóstico del paciente depende de la atención oportuna e inmediata a un centro médico de mayor complejidad a los existentes en la localidad y con capacidad de proveer los cuidados definitivos, estos pacientes por lo general están inestables, requieren monitoreo e intervención a bordo por el personal de salud. También se puede tener el caso del paciente que requiere ser trasladado para cuidados definitivos, pero quien se encuentra estable, por lo que el transporte puede ser diferido unos días, facilitando su preparación adecuada. Las indicaciones, dependen también de la disponibilidad de los equipos adecuados. En caso de contar con ellos, distancias entre 50 y 300 Km pueden ser cubiertas por equipos de ala rotatoria y distancias mayores de 300 a 400 Km deben ser cubiertas por aeronaves de ala fija (aviones). El helicóptero permite mantener velocidades mayores de los 150 Km/h, contando con la capacidad de despegue y aterrizaje en áreas donde otros equipos no pueden ingresar. La nave que se prepare para la evacuación debe poseer suficiente espacio para la acomodación y fijación de equipos y pacientes; debe poseer suficiente espacio para lograr adecuado acceso al cuerpo del paciente, permitiendo la movilización.

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v  Lineamientos básicos establecidos por la Asociación Americana de Servicios Aeromédicos para el transporte de pacientes:

• Las aeronaves no presurizadas no deberán ascender a altitudes superiores a los 10 000 ft, efectuando en consecuencia sus vuelos en altitudes promedio de 8 000 ft.
• Cualquier avión presurizado, en vuelos de desplazamiento normal y habitual a altitudes superiores a 15 000 ft, presentan presión de cabina semejante a la que existe y equivale a 8 000 ft.
• Los niveles de hipoxia que se desarrollan por la acción de la altitud, son idénticos en los aviones presurizados y no presurizados, pues ambos presentan elementos físicos compatibles con niveles correspondientes a los 8.000 pies; por lo que siempre se debe a prevenir y tratar la hipoxia colocando oxigenoterapia al 100%, a razón de 10-12 L/min, corroborando la eficacia de la intervención a través de los valores reportados por la oximetría.
• Cubrir adecuadamente al paciente ya que por cada 1000 pies que ascendemos disminuye 1ºC la temperatura en la atmósfera.

ü  TRANSPORTE AEROMÉDICO EN AERONAVES CHARTER O  COMERCIALES:
El transporte aeromédico de pacientes en vuelos comerciales tiene unas implicaciones para el paciente y la tripulación de origen operacional, jurídico y fisiológico.

v  IMPLICACIONES OPERACIONALES:
El transporte de un paciente abordo implica conocer y acatar las contraindicaciones para transportar los pacientes enfermos en aeronaves comerciales de pasajeros, por sus implicaciones en la salud y seguridad de todos los que comparten la cabina las consecuencias más importantes son:

Seguridad de vuelo: Ubicación de la camilla con el paciente en el pasillo del avión, obstruyendo el paso y dificultando la evacuación en caso de emergencia. Camilla y equipos no asegurados que en situaciones de turbulencia extrema pueden ocasionar heridas tanto a los pasajeros como a los tripulantes. La tripulación puede verse  presionada a volar más bajo de lo normal o a realizar procedimientos por fuera del estándar mínimo de seguridad. El uso de cilindros de oxígeno defectuosos se constituye en riesgo de explosión durante el vuelo.

Riesgo de infección: El riesgo de contagiarse de una enfermedad infecciosa es especialmente alta por encontrarse en un espacio cerrado, donde el aire recircula por varios minutos en la cabina. Además, la contaminación de las superficies de la aeronave con las secreciones corporales de pacientes implica un posible foco de infección para los pasajeros y el personal de tierra, por lo que se requiere un proceso exhaustivo de desinfección posterior.

Desvíos de la ruta: Cuando la aerolínea acepta transportar un paciente, y en caso de crisis la tripulación está obligada aterrizar en el aeropuerto más cercano que cumpla los requisitos operativos para la aeronave y en donde se puedan atender de manera  adecuada las necesidades médicas o quirúrgicas del paciente.

Efectos adversos en el confort del pasajero: El estado clínico del paciente puede crear una gran impresión ante los pasajeros, además de generar ambientes con malos olores producto de secreciones corporales.

Equipo médico y atención a bordo: Por su patología el paciente puede requerir viajar con más de un acompañante para su atención, además de necesitar equipos para su monitorización e intervención abordo. 

ü  Indicaciones para el transporte aeromédico:

·         Cinemática de trauma importante.
·         Múltiples lesionados, en estado crítico y escasos recursos en el área.
·   Cuando la diferencia en el tiempo entre el transporte terrestre y aéreo representa un  sustancial impacto sobre el pronóstico del paciente.
·        Cuando los recursos locales y profesionales no pueden proveer los cuidados que el paciente requiere.
·        Área remota, dificultad del terreno, falta de acceso para la ambulancia terrestre.
·        Orden público, vías amenazadas, retenes ilegales.
·        Signos vitales anormales o en valores críticos.
·         Necesidad de soporte avanzado de vida para paciente médico o quirúrgico.



ü  Contraindicaciones para el transporte aeromédico:

·        Paciente en paro cardíaco, respiratorio o cardiorrespiratorio que no responde al proceso de   reanimación avanzado.
·        Pacientes contaminados con materiales peligrosos.
·        Pacientes psiquiátricos, violentos en estado agudo.
·      Cuando el tiempo de traslado terrestre sea corto y exista un adecuado sistema de atención prehospitalaria.
·      El traslado de pacientes con lesiones de columna y musculoesqueléticas, las vibraciones del helicóptero puede incrementar las lesiones.


ü  Requisitos para el transporte:

Solicitud médica del transporte, nombre del paciente y del médico remitente, diagnóstico, cuidados requeridos durante el vuelo y los riesgos del transporte para el paciente y los pasajeros. Estos datos son fundamentales para la defensa en el supuesto caso de demandas. Evaluación por el médico transportador, debe evaluar el diagnóstico y los riesgos en cabina para pasajeros y tripulantes, la disposición del paciente en la cabina, número de acompañantes, equipos, suministro de oxígeno, tiempo de vuelo, la existencia o no de escalas técnicas, el tiempo de espera, las facilidades aeroportuarias, la coordinación con sanidad aeroportuaria en le sitio de origen y destino, además de la ambulancia terrestre.
Solicitud medica del transporte: si es posible, agregar una hoja de consentimiento informado o responsabilidad médica para el traslado del paciente e informando de los riesgos del paciente durante la evacuación aeromédica.

ü  Preparación del paciente para el traslado aéreo:

1. Asegura la vía aérea y si es necesario con estabilización de columna cervical.

2. Determinar si es posible obtener gases arteriales en todos los pacientes antes del vuelo y administrar oxígeno según sus necesidades y la altura prevista de vuelo. Monitorizando mediante pulsoxímetro al paciente.

3. Debe corregirse cualquier grado de neumotórax antes del transporte y sustituir el sistema normal de drenaje torácico por un dispositivo de un solo sentido con recipiente de plástico.

4. No utilizar sistemas de drenaje cerrados a grandes alturas.

5. Controlar hemorragias externas.

6. Canalizar dos vías venosas de calibre apropiado o una vía central. Si se precisa de ciertos fármacos para su estabilidad hemodinámica (vasopresores) la vía venosa central será imprescindible.

7. Para la administración de líquidos por vía intravenosa se deberán utilizar bombas de infusión, de lo contrario se verían influenciados por el ascenso, descenso y aceleración.

8. La sangre y soluciones deben ir en envases de plástico.

9. Monitorización electrocardiográfica y hemodinámica continua.

10. Realizar una correcta inmovilización del paciente: estabilización de la columna cervical, gran cuidado con lesiones medulares, disponer de colchones de vacío y sabana isotérmica. Especial cuidado se debe tener con las férulas inflables (disminuir el contenido de aire durante el ascenso y aumentar durante el descenso). En lo posible estas no deben ser utilizadas en el transporte aéreo.

11. Colocar sondas nasogástrica y uretral.

12. Reemplazar aire de neumotaponador del tubo endotraqueal, de los balones de la sonda nasogástrica y uretral por solución salina.

13. Comprobar que se ha inmovilizado correctamente las fracturas y, estar evaluar constantemente la extremidad ya que existe un riesgo aumentado de presencia de síndrome compartimental por disminución de la presión atmosférica.

14. Sedar y restringir los movimientos del paciente combativo.

15. Asegurar el paciente a la camilla.

16. Si es posible antes del vuelo se practicará una radiografía de tórax para conocer exactamente la situación de drenajes y tubo endotraqueal en caso de pacientes de traslado secundario.

17. Debe realizarse una comprobación a todos los sistemas antes de la evacuación: monitores, sistema de aspiración, equipos de ventilación, bombas de infusión.

18. Cerrar y asegurar todas las sondas, vaciar todas las bolsas donde se recolecta la orina antes de embarcar el paciente.

19. Definir el hospital de destino.


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ü  Cuidados durante el transporte:

1. Hacer contacto con el paciente y tranquilizarlo, presentarse y contestar las inquietudes de éste.

2. Asegurar el paciente a la camilla de la aeronave, la comodidad del paciente es una prioridad.

3. Verificar la correcta posición del tubo o dispositivos avanzados de vía aérea, una vez el paciente ingrese a la aeronave o descienda de ella.

4. Colocar oxígeno, utilizar máscara con bolsa de no reinhalación, garantizar una FIO2 del 100%, si no está contraindicado (paciente con hipoxemia crónica o EPOC usar Ventury y aumentar de acuerdo con la saturación de oxígeno).
5. En paciente intubado verificar la posición del tubo, la adecuada ventilación, oxigenación y conectar el ventilador si está indicado.

6. Asegurar los líquidos endovenosos y abrir el flujo, purgar el aire de la venoclisis.

7. Abrir las sondas, asegurar y ubicar los recipientes.

8. Conectar el paciente al monitor; es importante verificar saturación de oxígeno, electrocardiograma, tensión arterial, pulso y frecuencia respiratoria.

9. Cubrir al paciente, evitando temperaturas extremas.

10. Avisar a la tripulación que va a utilizar el desfibrilador en caso de ser necesario.

11. Utilizar bolsas rojas para el desecho de materiales orgánicos, con el fin de evitar la contaminación de la cabina.

ü  Procedimientos de embarque y desembarque del paciente:
Tripulación:
·       En lo posible el paciente es el primero en embarcarse y el último en desembarcarse, para no interferir con otros pasajeros.
·       El tripulante debe ser quien asegure todo el equipo y las puertas de la aeronave.
·       El tripulante es quien autoriza el embarque y lo supervisa.
·       La aproximación debe ser por el frente o por uno de sus lados, siempre a la vista del piloto o de alguno de los tripulantes.
·    No más de cuatro personas son requeridas para introducir un paciente, a menos que la tripulación requiera más.
·    En aeronaves pequeñas evitar más de una persona sobre la escalerilla del avión, pues el sobrepeso puede dañarla.

Equipo médico acompañante:
·     Verificar siempre la correcta posición del tubo o dispositivos avanzados de vía aérea una vez el paciente ingrese a la aeronave o descienda de ella.
·     Verificar siempre la correcta posición de las sondas y su funcionamiento, éstas deben estar cerradas en el embarque y desembarque.
·       Cerrar y colocar los líquidos endovenosos sobre el paciente cuando se vaya a embarcar.
·      Tener cuidado con la camilla y los soportes de los líquidos, ya que pueden dificultar el acceso o dañar partes de la aeronave.
·         Nunca lanzar objetos cerca de la aeronave.
·         Nunca correr cerca de la aeronave.
·         Esperar que el avión apague sus motores antes de acercarse o bajarse.

ü  INDICACIONES ABSOLUTAS DE USO DE OXÍGENO SUPLMENTARIO DURANTE EL TRANSPORTE AÉREO:

• Pérdidas significativas de sangre (más de 1000 cc).
• Shock.
• Traumatismo torácico severo.
• Blast injury.
• Síndrome coronario agudo.
• Edema agudo de pulmón.
• Insuficiencia respiratoria aguda.
• Neumonía.
• Asma.
• Embolismo pulmonar.
• Traumatismo de columna, especialmente cervical o torácico, con lesión medular.
• Síndrome de hipertensión endocraneana.
• Quemaduras vía aérea superior.
• Intoxicación por monóxido de carbono.
• Falla cardiorrespiratoria.

ü  Complicaciones para el transporte:

Enfermedades Respiratorias:
A 600 ft (1830 m) de altitud de cabina, la presión parcial de oxígeno en el alvéolo cae desde los 103 mmHg a nivel del mar a tan sólo 77 mmHg; sin embargo, gracias a la forma sigmoidea de la curva de disociación de la hemoglobina, su saturación apenas habrá variado en un 3%. En altitudes de 8000 ft (2440 m), la saturación de hemoglobina no habrá bajado del 90%. Tales modificaciones no tienen ninguna repercusión en el sujeto sano, pero puede exacerbar determinados procesos médicos. Así, los pacientes con bronquitis crónica, enfisema o cor pulmonale, que tienen comprometida de antemano su capacidad de oxigenación, pueden presentar un cuadro de hipoxia grave. La mayoría de estos pacientes, no obstante, pueden ser transportados por vía aérea siempre que se les suministre oxígeno durante el vuelo.

Anemias:
Una concentración de 7,5 g/dL o menos, constituye una contraindicación relativa para el desplazamiento aéreo, dependiendo fundamentalmente de la cronicidad de la enfermedad y la duración del vuelo. Un valor de hematocrito inferior al 30% debe igualmente desaconsejar el transporte aéreo, si éste no se realiza en u transporte medicalizado y con oxígeno suplementario. Se han descrito crisis de enfermedad por células falciformes desencadenadas por la exposición a las bajas concentraciones de oxígeno.

Enfermedad Cardiovascular:
La discreta disminución de la tensión de oxígeno en el aire inspirado, puede comprometer la actividad cardíaca en aquellos sujetos sin capacidad de reserva. La incidencia de nuevos episodios de isquemia coronaria desencadenados por la discreta hipoxia de la cabina es significativamente elevada, por lo que se precisará una buena oxigenación para el traslado.
Complicaciones otorrinolaringológicas:
A 6000 ft, el volumen de los gases se incrementan en un 30% aproximadamente, entonces aquellas cavidades semicerradas de nuestro organismo que contengan aire, sufrirán las consecuencias. Una tasa de descenso que no exceda de 300 ft/min suele servir para prevenir la aparición de molestias óticas y/o sinusales.

Alteraciones del tubo digestivo:
Dependen fundamentalmente de la cantidad de aire atrapado, la presión de la cabina, la capacidad de eliminar gases y la sensibilidad al dolor. Por tanto, deben eliminarse todas las fuentes que puedan originar e atrapamiento del gas en el tubo digestivo, fundamentalmente por deglución y por la ingesta de alimentos ricos en residuos, así como las bebidas gaseosas.

Alteraciones torácicas:
Al aumentar el volumen del aire atrapado en la cavidad pleural, un neumotórax asintomático puede originar dolor intenso e incluso, si existe mecanismo valvular en neumotórax a tensión. La actuación debe ser rápida, colocando un yelmo de drenaje y bajando a cotas inferiores a 2000 m.

Alteraciones psiquiátricas:
La ansiedad que el vuelo produce en muchas personas, asociada con una gran variedad de estímulos no habituales, como el ruido, las vibraciones, o las alteraciones del ritmo sueño-vigilia, puede resultar lo suficientemente intensas como para que determinadas alteraciones psiquiátricas se manifiesten o se reagudicen.

Pacientes embarazadas:
En principio, un embarazo normal no debe contraindicar un transporte aéreo. La mayor parte de las compañías aéreas, sin embargo, no suelen transportar pacientes por encima de 35 a 36 semanas de gestación, debido a la posibilidad de que se desencadene el parto durante el vuelo. Por otro lado no podemos olvidar que la dilatación de gases en el tubo digestivo puede resultar especialmente molesto en un abdomen ya dilatado por el útero grávido, y contribuir a un aumento de la presión abdominal y moderada sensación de mareo, náuseas y vómitos.

Recién nacidos:
Durante las primeras 48 horas, los alvéolos pulmonares no se encuentran completamente expandidos, incluso un recién nacido normal puede presentar, en estas primeras horas, una presión parcial de oxígeno de 65-80 mmHg, que se disminuiría en la cabina. Los neonatos que tengan que ser transportados en incubadora con aporte de oxígeno y monitorizados con control de la temperatura (Contreras Z, Romero Torres, SF).


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CONCLUSIÓN:

El transporte aeromédico es un eslabón de mayor avance en cuidados prehospitalarios, y por lo tanto demanda un mayor conocimiento, competencia y responsabilidad por parte de su cuerpo médico tanto en técnicas como en utilización de dispositivos avanzados para el soporte vital de los pacientes a transportar (en especial y con mayor importancia en vía aérea y electrocardiografía).
En México se cuenta con unidades áreas para llevar a cabo este tipo de transportes a pacientes que lo demandan con carácter de emergencia, sin embargo sus altos costos lo ponen en desventaja y a menor alcance de la población (si de requerir un servicio particular se habla). Asimismo, existen cuerpos, unidades (gubernamentales) y organizaciones independientes que brindan este tipo de servicio, como lo son: Unidad de Rescate Aéreo Relámpagos, Grupo Cóndores y Angel Flight Mx (por mencionar algunas), que trabajan en conjunto con Protección Civil o Cruz Roja para llevar a cabo el rescate y traslado de los pacientes, cuando en vía terrestre es de mayor dificultad o demora la atención y cuidado.

Creo que necesitamos más unidades aéreas en nuestro país y en la misma medida más personal capacitado para atender este tipo de emergencias y urgencias que suceden día con día, ser capaces de brindar una atención médica digna y completa, así como desempeñar el lado humano y compasivo con nuestros pacientes ya que tendemos a olvidarlo.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Información consultada el 28 de Octubre de 2018 en los siguientes portales de internet (extracciones de artículos médicos):







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