Programa Internacional de
Desarrollo de Medicina de Emergencias
Diplomado en Aeromedicina y
Cuidados Críticos del Paciente
Quinta Generación
Ensayo
Fisiología de Vuelo
Profesor Titular:
Jaime Charfen Hinojosa, BS, NR-P, CCEMT-P, FP-C.
Jaime Charfen Hinojosa, BS, NR-P, CCEMT-P, FP-C.
Coordinador Académico:
L.E. Ricardo Rangel Chávez
L.E. Ricardo Rangel Chávez
TAMP. Alondra Alemán Ríos.
Noviembre de 2018.
INTRODUCCIÓN
Como
se ha comentado en los trabajos anteriores, el transporte aeromédico aunque
representa altos costos e inversiones para empresas, Secretaría de Salud y
Entidades/Estados de nuestro país, también representa un medio rápido que
acorta tiempos y distancias para la atención, diagnóstico y cuidado de los
pacientes críticamente enfermos o de trauma; como es de esperarse, el ambiente
de trabajo en medio terrestre (ambulancia de soporte vital o avanzado) puede
ser limitado a nuestros ojos por el espacio del que disponemos para atender a
nuestros pacientes e incluso del material que llevemos en nuestros traumas, y
la seguridad del transporte se ve influenciada por los coches, camiones y
motocicletas alrededor, la condición de las calles, la velocidad a que se
maneja la unidad y claro, de las condiciones climatológicas; sin embargo, este
ambiente terrestre lo podríamos considerar menos expuesto a cambios fisiológicos
para con los pacientes y tripulación de paramédicos y operador, en comparación
con el transporte aeromédico, que en ocasiones se ve sometido a mayores riesgos
y limitaciones.
El
personal terrestre debe conocer los principios de fisiología de vuelo, ya que
al ser el primer contacto prepararán al paciente para que sea transportado vía
aérea hacia el lugar de destino. Es de suma importancia que la tripulación
aeromédica conozca, sea capaz de identificar y actuar frente a los cambios
fisiológicos en que se verán expuestos tanto: paciente, cuerpo médico, equipo
médico y pilotos al estar en ambiente aéreo. Si conocemos y sabemos de
fisiología de vuelo tendremos asegurada una mejor atención y cuidado del
paciente, mejores condiciones de trabajo para los pilotos y paramédicos y
también, la seguridad de la aeronave.
DESARROLLO
ü Ambiente aéreo:
El
espacio de la aeronave (en especial de ala rotativa) es bastante reducido, y
por lo general sólo se transportará el equipo que necesitarán los pacientes,
por lo que en cierto modo este ambiente se tornará austero de necesitar
materiales con los que no se cuenten a la mano en la cabina de tripulantes. Por
lo que habrá que desarrollar improvisación y atención más cauta para resolver
la situación que se demande.
Ø Factores que influyen en el
ambiente aéreo:
Presurización: es
el aumento de la presión de la cabina con respecto al exterior. El aire
del ambiente es comprimido, el proceso permite que el interior de la cabina
exista una presión parcial de oxígeno compatible con la vida, además de
aumentar el confort en el interior del avión. Para que el fuselaje pueda
resistir este diferencial de presión, las estructuras deben ser reforzadas, lo
que genera un aumento de peso en la estructura del avión, lo que se traduce en
un aumento en el consumo de combustible, haciendo menos eficiente el
vuelo. Es por esta sencilla razón que la presurización no se realiza a
presiones equivalentes a nivel del mar, si no a 6000 u 8000 pies, lo que se
conoce como altura de cabina.
Espacio y ruidos: el
interior de la cabina siempre representa un retoque para la tripulación que se realiza
una evacuación, el espacio es limitado, y la prevención de la libre
deambulación. Por otro lado, muchas veces los accesos a la aeronave son
los estrechos que dificulta enormemente la tarea de subir el paciente al avión.
El
ruido puede resultar ensordecedor, lo que hace imposible auscultar o escuchar
el sonido de las alarmas, por lo que se utilizan monitores con alarmas
visuales.
Temperatura: La
temperatura ambiental disminuye 2°C por cada 300 metros (1000 pies) de
altitud. Cuando se vuela en aviones no presurizados, esto cobra
importancia, ya que la tripulación se encuentra más expuesta a los cambios de
temperatura, hecho que desaparece en cabinas presurizadas.
Vibraciones: son
movimientos permanentes, sobre todo presentes en los helicópteros o aviones
turbo, cuyo principal efecto es interferir en la señal de los monitores y los
cuentagotas de las bombas de información continua, por lo que deben ser
reprogramados.
Humedad: sl
aire presente en el interior de la cabina es un aire seco que contiene una humedad
cercana al 10% que puede originar irritación cutánea, molestias oculares,
orales y nasales, lo que reviste especial importancia en pacientes quemados, en
niños o en pacientes respiratorios.
Aceleraciones, desaceleraciones y fuerzas G: estos movimientos son de
vital importancia, en especial, el momento del despegue y el aterrizaje.
ü Fisiología de vuelo:
Comprende
la condiciones médicas afectadas por los cambios de presión atmosférica, las
fuerzas experimentadas durante el vuelo y de cómo afecta lo anterior mencionado
a la condición o cuadro clínico del paciente, así como a la tripulación de
cuidados críticos.
Se
trata no sólo de reconocer dichos cambios o fenómenos, sino de prevenirlos y
tratarlos conforme aumenta o disminuye la altitud y presión barométrica en el
transporte del paciente. A continuación se describen la atmósfera, leyes de
gases, así como fenómenos fisiológicos y por estrés que desarrollará tanto el
paciente como tripulación en el ambiente aéreo.
ü La atmósfera
La
concepción primitiva de la atmósfera como constituida por una masa de aire que
circula alrededor del globo terráqueo, siguiendo corrientes bien definidas,
salpicada de remolinos irregulares, ha sido abandonada hace mucho tiempo por
los meteorólogos. Actualmente se considera la atmósfera como un sistema
sumamente complejo, regulado por múltiples fuerzas que al reaccionar entre sí
se influyen recíprocamente y hacen todavía más complicado el cuadro general. La
atmósfera actual está constituida principalmente por gases que han acompañado a
los procesos tectónicos y volcánicos ocurridos en su mayor parte en épocas
pasadas: vapor de agua, CO2, CH4, N2.
Ø Oxígeno, Nitrógeno y Argón:
Los
movimientos de convección en la tropósfera son de intensidad considerable, de
tal modo que el aire se está mezclando continuamente y mantiene una composición
homogénea. Los componentes de la atmósfera aparecen en distintas proporciones,
según la altitud a la que se hallen. La tropósfera está constituida
principalmente por nitrógeno (78%), oxígeno (21%) y argón (0.9%); solamente
entre 20 y 25 kilómetros de altura aparece un ligero aumento de helio, que se
separa por difusión. A estos componentes hay que añadir el vapor de agua, cuya
distribución es muy notable y puede llegar al 4% en volumen, y en todas las impurezas
(representadas por gases, vapores, humos, polvo, esporas, bacterias y sales)
difundidas en la atmósfera y procedentes del suelo, del mar, de los volcanes y
de los meteoritos. En la proximidad de los centros urbanos, y procedentes de la
combustión, se encuentran también: monóxido de carbono, gas sulfhídrico, ácido
sulfúrico y anhídrido sulfuroso.
Ø Capas atmosféricas:
Según
los estudios más recientes, la atmósfera puede dividirse desde abajo en las
siguientes capas, cada una de ellas con sus características propias: troposfera, estratosfera, mesosfera,
ionosfera o termosfera y exosfera; separadas entre sí respectivamente por la tropopausa, la estratopausa, la mesopausa
y la termopausa; los límites de cada división varían de cota con las
diversas latitudes, y, para una misma localidad, varían con el tiempo. En
nomenclatura se utilizan también los términos homosfera y heterosfera, para definir respectivamente la región
donde la composición atmosférica no presenta cambios sustanciales, y la otra
zona (separada de la primera por la homopausa,
de una cota aproximada de 90 km) en la que dicha composición está sujeta a
disociación molecular y a otros procesos tales como: al difusión, la
fotoionización, recombinaciones, etc. En consecuencia la homosfera comprende la
troposfera, la estratosfera y la mesosfera, en tanto que la heterosfera incluye
la ionosfera y la exosfera.
Debido
a que el transporte aeromédico sólo se lleva a cabo en la atmósfera baja que
incluye a la: troposfera y tropopausa, serán éstas las que se detallen con
mayor profundidad a continuación.
-
Troposfera
y Tropopausa:
La
troposfera se extiende hasta una altura media de unos 10 a 12 km, pero la cota
de su superficie límite (tropopausa) pasa un máximo de 17 km en las zonas
ecuatoriales (con una temperatura del orden de -70°C) hasta un mínimo de 9 km
en las zonas polares (temperatura de -40°C en verano y -60°C en invierno) con
una caída brusca de unos 12 km alrededor de 40° de latitud norte y sur. Su
superficie límite, la tropopausa, se define muchas veces como el lugar en que
el aire presenta su temperatura más baja; sin embargo, se reconocen muchas
veces inversiones de temperatura y zonas aisladas isotérmicas superpuestas que
se dispersan y renuevan constantemente a causa de los movimientos verticales
del aire. Estas tropopausas simples o múltiples se distinguen por la presencia
de cirros de forma muy aplanada o por delgados horizontes de neblina. La zona
comprendida entre 8 y 13 kilómetros de altura, en la que existen siempre una o
más tropopausas superpuestas en las latitudes medias y elevadas, constituye un
estrato de máxima velocidad del viento, que en esta zona presenta valores
medios superiores a 100km/h (con máximos en general de 400-500 km/h); en esta
zona se originan las corrientes en chorro (jet-streams).
En
las latitudes tropicales o subtropicales se forma una capa superior de
tropopausa a una altura de unos 15 a 16 km, con temperaturas comprendidas entre
-70 y -85°C, que en las latitudes de 25 a 40° están situadas sobre la capa más
baja. Entre estos dos sistemas se encuentra un espacio en el cual el aire de la
estratosfera polar, en estado prácticamente seco, se cambia en los dos sentidos
con el aire más húmedo de la troposfera tropical y subtropical.
Ø Zonas fisiológicas de la atmósfera:
La atmósfera se divide en tres
zonas distintas que se correlacionan directamente con la respuesta de un humano
a la hipoxia; la zona fisiológica, la zona fisiológica y la zona equivalente al
espacio.
-
Zona
Fisiológica:
La zona fisiológica es el área de
la atmósfera que contiene el oxígeno y la presión barométrica necesaria para
que una persona normal y saludable viva. Esta zona se extiende desde el nivel
del mar hasta los 10,000 pies. En esta zona, la presión barométrica cae desde
760 mmHg a nivel del mar hasta los 523 mmHg a los 10,000 pies. La presión a
10,000 pies todavía es suficiente para mantener una presión parcial adecuada de
oxígeno arterial sin el uso de oxígeno suplementario, presurización o equipo de
protección.
Sin embargo, es importante darse
cuenta de que 10,000 pies, muchas personas sanas comenzarán a experimentar
efectos muy leves de la hipoxia, como un leve dolor de cabeza, y casi todos los
pacientes con comorbilidades serán hipóxicos, a esta altura.
-
Zona
Fisiológicamente Deficiente:
El área de 10,000 a 50,000 pies
se denomina zona fisiológicamente deficiente. Por encima de los 10,000 pies, la
presión barométrica comienza a disminuir a niveles que resultarán en hipoxia
hipóxica (un estado de deficiencia de oxígeno causado por una disminución en la
cantidad de oxígeno en la sangre). La presión barométrica en este nivel varía
de 523 mmHg a 10,000 pies a 87 mmHg a 50,000 pies. A estas alturas, los efectos
de los gases atrapados se vuelven más pronunciados, y se necesitan equipos de
protección, oxígeno suplementario y aviones presurizados.
-
Zona
Equivalente al Espacio:
La
zona equivalente al espacio se extiende desde 50,000 pies hasta 120,000 millas. En este
punto de la atmósfera, el oxígeno suplementario al 100% ya no es adecuado
debido a la presión barométrica mínima. Trajes de presión y cabinas selladas
también se requieren. Dos peligros adicionales pueden estar presentes:
Primero, la exposición a las
condiciones de la atmósfera podría resultar en la ebullición de los fluidos
corporales, ya que los fluidos se convierten en vapor. En segundo lugar, el
personal podría estar expuesto a mayores niveles de radiación del sol en esta
zona. En esta zona no opera ningún transporte aéreo comercial utilizado para el
transporte médico aéreo.
-
Presión
Barométrica:
La presión barométrica, también
llamada presión atmosférica, es un resultado directo del peso del aire. La
presión barométrica varía con la ubicación y el tiempo porque la cantidad y el
peso del aire sobre la tierra varían con el tiempo y la ubicación. Esta presión
también está relacionada con la densidad del aire, que refleja la temperatura y
la altura del aire sobre la superficie de la tierra. Por lo tanto, la presión
barométrica es el peso por unidad de todas las moléculas del gas por encima del
punto en que se tomó la medida, con la temperatura y la humedad como variables.
También está relacionado con el clima y es uno de los factores más importantes
que determinan el clima.
La presión barométrica se reporta
en una variedad de unidades. La pulgada de mercurio es la unidad más utilizada
en los Estados Unidos, pero los milibares se usan en la mayoría de los países
que utilizan el sistema métrico. También se puede medir en atmósferas (atm)
aunque existen diferentes definiciones científicas de la atmósfera. Las dos
definiciones más prevalentes son la Atmósfera Estándar de los EE. UU. Y la
Atmósfera Estándar Internacional. La Atmósfera estándar de los EE. UU. Ha sido
reconocida por más tiempo, pero la Norma Internacional es ahora más ampliamente
reconocida en todo el mundo.
ü Leyes de los Gases
Es crítico que tengamos un
conocimiento profundo de las leyes aplicables a los gases, ya que se relacionan
tanto con el vuelo como con la medicina hiperbárica. Las diversas leyes sobre
el gas desempeñan un papel importante no solo en la atención al paciente, sino
también en la seguridad de la tripulación de vuelo. Existen ocho leyes de los
gases, algunas de las cuales son independientes, son parte integral de la
fisiología del vuelo.
Ø Ley de Boyle:
Robert Boyle estudió la relación
entre el volumen de gas seco y la presión. Boyle descubrió que cuando aumentaba
el volumen del gas, la presión disminuía. Del mismo modo, una disminución en el
volumen resultó en un aumento de la presión. Un ejemplo práctico de la
aplicación de esta ley es que a medida que aumenta la altitud, la presión
atmosférica disminuye.
La ley de Boyle tiene numerosas
implicaciones para la medicina de la aviación. Por ejemplo, cualquier gas
atrapado en el tórax, como en un neumotórax, se expandirá aproximadamente un
35% al pasar del nivel del mar a 8,000 pies. A 18,000 pies, un volumen dado
de gas se expandirá al doble de su tamaño.
La ley de Boyle también se aplica
a la expansión de cualquier gas atrapado en el cuerpo, como el oído medio, los
senos paranasales, el estómago y los intestinos. Muchos equipos médicos también
son extremadamente sensibles a un aumento o disminución de la presión
barométrica. El globo con balón en los tubos endotraqueales, por ejemplo, puede
duplicar su tamaño con un cambio en la altitud de 5.000 a 10.000 pies, lo que
hace que el globo se rompa o provoque necrosis tisular si se le permite
permanecer hiperinflado durante un período de tiempo. Por lo tanto, los globos
con balón se deben llenar con solución salina antes de los vuelos planificados
para más de 6,000 pies, o la presión del balón se debe monitorear y ajustar.
Todos los pacientes que tengan insertado un tubo nasogástrico u orogástrico
deben ser transportados con el tubo abierto o frecuentemente ventilados. Los
pacientes con bolsas de colostomía con frecuencia deben tener el gas acumulado
"erizado" para evitar la sobrepresión y el fallo de la bolsa de
colostomía.
Ø Ley de Charles:
Descubierta en 1787 por Jacques Charles, la ley de Charles afirma que el volumen de un gas es directamente proporcional a la temperatura, con la presión constante. La aplicación práctica de esta ley es que a medida que el aire se calienta, el volumen aumenta, lo que permite que las moléculas se dispersen y hace que el aire sea menos denso. Los helicópteros vuelan más fácilmente en clima frío porque las moléculas de gas están más comprimidas y permiten una mayor elevación a medida que giran las palas del rotor. Las moléculas de gas están más alejadas en climas cálidos y proporcionan menos sustentación. Por lo tanto, un helicóptero o avión puede llevar una menor cantidad de peso en un día caluroso y húmedo que en un día frío y seco.
Ø Ley de Dalton:
En 1800, John Dalton postuló la
ley de Dalton, que establece que la presión total de una mezcla de gas en la
suma de las presiones individuales. En pocas palabras, todas las partes son
iguales a la totalidad. Esta ley también se conoce como la ley de presiones
parciales, donde la presión parcial es la presión de un solo gas en la mezcla.
La ley de Dalton ilustra que el
aumento de la altitud provoca una disminución proporcional de las presiones
parciales de los gases que se encuentran en la atmósfera. Aunque las
concentraciones porcentuales de gases permanecen estables a medida que aumenta
la altitud, la presión parcial disminuye en proporción directa a la presión
barométrica total.
La ley de Dalton es
extremadamente importante en la medicina de cuidados críticos, ya que cuando se
administra oxígeno suplementario, esta ley se puede usar para calcular la
presión parcial esperada de oxígeno (PO2) que se debe obtener cuando se
verifica la gasometría arterial.
Ø Ley de Fick:
La ley de Fick, establecida por
Adolph Fick en 1855, establece que la tasa de difusión de un gas es:
1.- Proporcional a la diferencia
de presión parcial.
2.- Proporcional al área de la
membrana, e
3.- Inversamente proporcional al
área de la membrana.
En términos prácticos, la
velocidad de difusión se ve afectada por las presiones atmosféricas, el área de
la superficie de la membrana y el grosor de la membrana. La ley de Fick es la
ley de gas primaria que gobierna la difusión de oxígeno a través de la membrana
alveolar. Por ejemplo, un paciente anciano con enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC) que también tiene neumonía tendrá una disminución del
intercambio de gases a la altitud debido a la disminución de la presión
atmosférica, la disminución del área de la superficie de los alvéolos y el
aumento del grosor de la membrana, debido tanto al EPOC de larga duración y el
exudado de la neumonía.
Ø Ley de Henry:
En
1800 J.W. Henry postuló la ley de Henry, que establece que la cantidad de un
gas en una solución varía directamente con la presión parcial de un gas sobre
la solución. En otras palabras, a medida que la presión de un gas sobre un
líquido disminuye, la cantidad de un gas disuelto en el líquido también
disminuirá.
El
efecto de la ley de Henry en el cuerpo se ve en la enfermedad por
descompresión. En este caso, los gases inertes en el tejido corporal
(principalmente nitrógeno) se mantienen en equilibrio con la presión parcial de
los mismos gases en la atmósfera. A medida que disminuye la presión
barométrica, la presión parcial de nitrógeno en la atmósfera también disminuye.
Cuando el cuerpo intenta establecer un nuevo equilibrio, el nitrógeno sale de
la solución en forma de burbujas de gas y viaja en el sistema de la sangre
venosa a los pulmones.
Ø Ley Universal del Gas:
La ley del gas universal también
se conoce como la ley del gas ideal porque establece cómo debe actuar un gas
hipotético si no hay variables que lo afecten. De acuerdo con esta ley, un
cambio en la densidad está directamente relacionado con un cambio en la
temperatura y la presión. Muchos gases tienen propiedades similares a las
asumidas por la ley universal a temperatura y presión ambiente.
Ø Ley de Gay- Lussac
En 1809, el químico francés
Joseph Louis Gay-Lussac descubrió que existe una correlación entre la presión y
la temperatura cuando el volumen es constante. La ley de Gay-Lussac se puede
expresar como una relación: si la presión aumenta, la temperatura aumenta y
viceversa. Como ejemplo, en una habitación llena de personas (moléculas). A
medida que la habitación se vuelve más pequeña (la presión aumenta), las
personas se topan entre sí, creando una fricción que generará calor. A medida
que la sala se hace más grande (la presión disminuye), las personas ya no se
topan entre sí y no se genera calor; por lo tanto, la habitación es más fresca.
Ø Ley de Graham:
La ley de Graham, formulada por
el químico físico escocés Thomas Graham, establece que toda la velocidad a la
que un gas se mueve a través de un pequeño agujero, evitando la interacción con
otras partículas en el camino, está inversamente relacionada con la raíz
cuadrada de la masa de un mol de sus moléculas. Un ejemplo práctico de esta ley
en el proceso en curso de la difusión de oxígeno de la sangre a las células.
Las moléculas de dióxido de carbono son mucho más masivas que las moléculas de
oxígeno, y el dióxido de carbono también tiene 22 veces la solubilidad del
oxígeno; por lo tanto, la velocidad de difusión del dióxido de carbono es mucho
más rápida que el oxígeno.
ü Hipoxia:
Se
define como hipoxia, la reducción o la baja en la concentración de oxígeno en
los tejidos del cuerpo. Para describirla se han utilizado erróneamente algunos
términos como “anoxia” que etimológicamente significa carencia absoluta de
oxígeno, lo cual es incompatible en un organismo vivo, e “hipoxemia” que se
refiere a una reducción de oxígeno en la sangre circulante lo cual
consiguientemente conduce a una hipoxia como queda definida. El conocimiento de
la hipoxia es de vital importancia para el personal de vuelo, dado que por el
carácter insidioso y “traicionero” de sus síntomas, como veremos más adelante,
se le considera como la emergencia médica más grave durante un vuelo.
Ø Tipos de Hipoxia:
Hipoxia hipóxica: es la reducción de oxígeno en los
tejidos del cuerpo resultante de respirar un aire con una presión parcial de
oxígeno reducida, como sucede con la exposición a la altitud. Cualquier otro
mecanismo que provoque una reducción de la presión alveolar de oxígeno,
(neumonía, bronquitis severa, etc.) dará lugar a una hipoxia de éste tipo.
Hipoxia anémica: la reducción en la cantidad de
glóbulos rojos o de hemoglobina en la sangre se define como anemia. En esta
condición patológica la sangre tiene reducida su capacidad para transportar el
oxígeno a los tejidos del cuerpo, dando lugar a una hipoxia de este tipo cuya
intensidad será proporcional a la gravedad de la anemia.
Hipoxia por anemia
fisiológica:
La hemoglobina de los glóbulos rojos de la sangre puede reducir su capacidad
para transportar el oxígeno a los tejidos del cuerpo, cuando se combina con
otros gases por los cuales presente una mayor afinidad, como sucede con el
monóxido de carbono (CO), que es un producto de la combustión incompleta de la
materia orgánica, como el tabaco, en los fumadores y los combustibles
(gasolinas) de los automotores. En éstas condiciones las moléculas de la Hb
combinadas con el CO, forman un compuesto químico, la carboxihemoglobina
(HbCO), que “ocupa” a dichas moléculas, las cuales, por esa razón, no pueden
transportar el oxígeno, provocando el déficit consiguiente de éste gas en los
tejidos del cuerpo. Existen otras substancias, como ciertos medicamentos
(sulfadrogas, salicilatos, etc.) que en algunos individuos sensibles a éstos
medicamentos, provocan alteraciones en la estructura química de la Hb,
reduciendo la capacidad de éste pigmento para combinarse y transportar el
oxígeno a los tejidos.
Hipoxia estática: Las fuerzas de la aceleración
durante un vuelo provocan, entre otros efectos, el desplazamiento de la sangre
circulante hacia diversos segmentos del cuerpo, provocando que otros reciban
poca o ninguna irrigación sanguínea, lo cual se conoce como isquemia; esto reduce
consiguientemente el aporte de oxígeno a estas áreas del cuerpo, originando
éste tipo de hipoxia. Lo mismo sucede cuando se aplica una ligadura o un
torniquete alrededor de una parte del cuerpo, impidiendo o reduciendo el paso
de la sangre hacia otra parte, dando lugar a la deficiencia del aporte de
oxígeno.
Hipoxia histotóxica: El envenenamiento del sistema
citocromo respiratorio por substancias químicas como el cianuro, el plomo y
otros metales pesados, y por el alcohol etílico, principal ingrediente de toda
bebida alcohólica, provoca la incapacidad de las células intoxicadas para
aprovechar el oxígeno circulante en la sangre, dando lugar a éste tipo de
hipoxia. La “cruda” resultante de la ingestión de alcohol el día anterior,
afecta el aprovechamiento del oxígeno, provocando hipoxia de éste tipo.
El
conocimiento, por parte del personal de vuelo, de la hipoxia y sus diversos
tipos, radica en el hecho de que en un mismo individuo pueden presentarse
simultáneamente uno o más tipos de ésta grave emergencia, agravando sus
síntomas, y provocando que éstos se presenten a una menor altitud durante un
vuelo.
Ø Etapas sintomáticas de la hipoxia:
Los
síntomas de la hipoxia varían de un individuo a otro, y en una misma persona
bajo diferentes condiciones; existen diversos factores que predisponen a la
hipoxia, entre las cuales se citan las siguientes: Un deterioro de la condición
física, principalmente de tipo cardiorrespiratoria, la fatiga física, el hábito
de fumar, la ingestión de bebidas alcohólicas, la aclimatación a la altitud.
Otros factores que igualmente influyen son: la altitud de vuelo y el tiempo de
exposición a la altitud. Los síntomas de la hipoxia se suelen agrupar en fases
o etapas, las cuales se manifiestan, como promedio y con variaciones naturales,
en las altitudes y tiempos de exposición que se mencionan:
Etapa Indiferente:
Se
presenta desde el nivel del mar hasta una altitud promedio de 10,000 ft, con un
tiempo de exposición de 2 horas. Se denomina así porque generalmente, en un
individuo sano, no se presenta ninguna alteración ostensible de hipoxia. La
única manifestación presente es una disminución del ojo para adaptarse a la
oscuridad con la consiguiente reducción de la visión nocturna. Ello es debido a
que la retina es la parte del sistema nervioso más sensible a la carencia del
oxígeno. Por ésta razón los pilotos, sobre todo en la aviación militar, que
deben mantener su visión al exterior durante vuelos nocturnos, requieren
respirar oxígeno suplementario desde el momento del despegue.
Etapa Compensatoria:
Se
presenta de los 12,000 a los 15,000 ft de altitud, con un tiempo de exposición
promedio de 30 minutos: Se llama así porque a estas altitudes de vuelo, unos
centros nerviosos llamados quimio-receptores localizados en el cuello en la
pared de las arterias carótidas, y en el cayado de la arteria aorta, detectan
la deficiencia de oxígeno ya existente en los tejidos, y envían estímulos
nerviosos al corazón aumentando la frecuencia de sus (latidos / taquicardia)
para aumentar el gasto cardíaco, es decir, la cantidad de sangre expulsada por
el corazón por minuto, y al centro respiratorio para aumentar también la
frecuencia respiratoria (hiperventilación compensatoria) para un mayor aporte
de oxígeno hacia el alveolo pulmonar. Pese a estos mecanismos compensatorios,
en esta etapa ya se manifiestan algunos síntomas debidos a la deficiencia de
oxígeno, como son: fatiga, dolor de cabeza, mareo, somnolencia y apatía.
Etapa Sintomática:
Se
presenta a altitudes entre los 15,000 y los 18,000 ft, con periodos de
exposición hasta de 15 minutos. En ésta etapa en donde se manifiestan todos los
síntomas y signos por los que la hipoxia se considera la emergencia médica más
grave en vuelo, y que son: visión borrosa por disminución de la agudeza visual,
reducción del campo visual (visión de túnel) incoordinación motora
progresivamente creciente, que se inicia con una torpeza o dificultad para
realizar movimientos finos con las manos, seguida de temblor de las mismas que
se convierte en movimientos de tipo convulsivo; hay una alteración de la
memoria, del juicio y del razonamiento de lo cual la persona afectada no se
percata, dado que aunque se le dicten instrucciones correctivas para remediar
su carencia grave de oxígeno, es incapaz de llevarlas a cabo. Hay cambios de la
conducta y de la personalidad manifestados por un estado de euforia o falso
bienestar, o estados depresivos o agresividad, simulando un estado de
intoxicación alcohólica. Las uñas y los labios se tornan de color violáceo
(cianosis) atribuibles a la baja concentración de oxihemoglobina.
Etapa Crítica:
Se
presenta a altitudes por encima de los 20,000 ft con periodos de exposición
hasta de 5 minutos. En ésta etapa se agravan los síntomas y signos de la etapa
anterior, y si la deficiencia de oxígeno no se logra corregir, se presentan
crisis convulsivas generalizadas y pérdida del conocimiento, pudiendo llegar
hasta la muerte por paro respiratorio.
Ø Tiempo útil de conciencia:
El
tiempo útil de conciencia se define como el lapso en que una persona es capaz
de realizar actos perfectamente consciente y normal, a partir del momento en
que le falta un aporte adecuado de oxígeno. El tiempo útil de conciencia se
reduce progresivamente con la altitud, aun cuando presenta variaciones
individuales y en una misma persona, igual que el mencionado con relación a la
hipoxia. Cabe hacer mención que en el caso de una descompresión de cabina
durante un vuelo, el TUC se reduce a la mitad o a la tercera parte, como
consecuencia de la descompresión súbita del pulmón y la remoción del volumen de
reserva, la consiguiente privación absoluta del oxígeno alveolar, las
alteraciones bruscas de la mecánica respiratoria y otros efectos físicos,
fisiológicos y psicológicos de la propia descompresión. Es por ello importante
para los pilotos, en caso de vuelos por encima de los 35,000 ft de altitud, el
llevar sus equipos de oxígeno en posición fácilmente accesible para su uso,
dado que el tiempo de que dispondrán para adaptárselo en caso de una
descompresión de cabina, se reduce a pocos segundos.
ü Tratamiento de la Hipoxia:
Ø Considerando la presión alveolar de
los gases:
A
nivel del mar las presiones alveolares de los gases son las siguientes:
paO2
= 103 mmHg.
paCO2
= 40 mmHg.
paH2O
= 47 mmHg.
paN2
= 570 mmHg.
Nivel
del Mar - 760 mmHg
De
acuerdo con estos valores, a nivel del mar el vapor de agua (H2O) y el CO2
combinados ejercen una presión de 87 mmHg, y ocupan aproximadamente un 11% del
volumen pulmonar (87/760 = 11%); el O2 ocupa un 14% (103/760 = 14%) y el N2
aproximadamente el 75 % restante.
Con
la altitud la presión del CO2 disminuye, pero no en la misma proporción que la
del O2, y el vapor de agua ejerce una presión constante de 47 mmHg a cualquier
altitud. En ésta forma, a la altitud de 18,000 ft, donde la presión barométrica
es de 380 mmHg, la combinación del CO2 y el H2O ocuparán un 21 % del volumen
pulmonar (31+47 / 380 = 21%).
A
la altitud de 34,000 ft’, el CO2 ejerce una presión de 30 mmHg y combinado con
el H2O ocuparán ya un 50% del volumen pulmonar (30+47/155 = 50%).
A
medida que se asciende, el volumen ocupado por el CO2 y el H2O en el pulmón
aumenta, reduciendo el volumen ocupado por el oxígeno, de tal forma que a la
altitud de 50,000 ft’, en donde la presión atmosférica es de 87 mmHg, se iguala
con la presión combinada ejercida por éstos dos gases (40+47/87 = 100%),por lo
que a ésta altitud no se puede obtener una presión alveolar de O2 suficiente
para vivir, aun cuando se respire un 100% de oxígeno a la presión normal.
A
la altitud de 63,000 ft en donde la presión atmosférica es de 47 mmHg,
exactamente igual a la ejercida por el vapor de agua, el volumen pulmonar
estará totalmente ocupado por este gas. A ésta altitud los líquidos de los
tejidos de un individuo no protegido entran en ebullición (hierven)
espontáneamente, no por calentamiento sino porque tales líquidos tienden a
salir de su recipiente al equipararse su presión con la del exterior. A esta
altitud se le llama “Línea de Armstrong” por haber sido el Dr. Harry G.
Armstrong quien lo descubrió.
Ello
significa que a la altitud de 40,000 ft respirando 100% de O2 a la presión
normal, la presión alveolar de O2 será solo de 60 mmHg, y el porcentaje de
saturación de la Hb será aproximadamente de un 90%, llegando al límite de la
porción plana de la curva de saturación de la Hb, es decir, se estará en los
límites superiores de la etapa indiferente de la hipoxia. Por encima de ésta
altitud se habrá de recurrir a un equipo de respiración que provea el oxígeno a
presión, a fin de reducir con ello el volumen ocupado por el CO2 y el vapor de
H2O y poder recibir algo de oxígeno. Sin embargo como se verá más adelante el
uso de éste tipo de equipos tiene sus limitaciones y solo protegerá al usuario
hasta una altitud máxima de 43,000 o 43,500 ft por un tiempo limitado. Por lo
que a estas altitudes y por encima habrá de recurrirse a algún sistema que
reduzca la expansión de aquellos dos gases, y permita la llegada del O2 al
alveolo. Este sistema es la recompresión, proporcionada en la aviación civil,
por una cabina a presión, y en la aviación militar por éste mismo sistema y/o
un traje a presión.
De
todo lo anterior se concluye, que para prevenir los efectos de la hipoxia
durante un vuelo, se deberán cumplir las siguientes normas:
· Uso del oxígeno suplementario por
encima de los 10,000 ft.
· Respirar oxígeno al 100 % a la
altitud de 40,000.
· Respirar oxígeno a presión hasta
una altitud máxima de 43,500 ft, por un tiempo limitado.
· Por encima de ésta última altitud
se requiere recompresión provista por una cabina presurizada o un traje a
presión.
Ø Sistemas de oxígeno para los
sistemas de aviación:
El
oxígeno utilizado para respirar en la aviación, se emplea actualmente en
diversas formas o presentaciones:
Oxígeno gaseoso: es el más ampliamente utilizado y
conocido. Tiene como características que lo distinguen del oxígeno industrial o
medicinal, su pureza casi absoluta de 99.8% y su carencia casi total de
humedad.
Oxígeno líquido: se almacena en recipientes
metálicos de doble fondo llamados convertidores en donde se envasan y se
mantiene en estado líquido mediante una gran presión y una muy baja
temperatura. Tiene en su interior una especie de serpentín a través del cual,
mediante calentamiento, fluye el oxígeno convertido en gas. Tiene la ventaja de
su poco peso y de ocupar poco espacio y proveer una reserva de oxígeno
considerable. Dada su alta peligrosidad explosiva y requerir un equipo y
personal altamente sofisticado y especializado para su manejo, no se emplea en
la aviación comercial sino solo en cierto tipo de aviones militares y en los
vuelos espaciales.
Oxígeno sólido: La generación química de oxígeno
ofrece algunas ventajas sobre los sistemas de oxígeno gaseoso; el estar autocontenidos,
su fácil almacenamiento, su regulación de flujo sencilla y una vida hasta de 20
años son algunas de tales ventajas. Una vez activado sin embargo, el generador
continúa produciendo oxígeno hasta que el generado químico se agota.
Actualmente
las combinaciones químicas o los sistemas de oxígeno sólido están limitados
para uso de emergencia para pasajeros tanto en aviones civiles como militares.
El sistema consiste de una máscara de flujo continuo con ganchos conectados a
unos pernos activadores de una bujía de clorato de sodio o algún dispositivo
similar productor de oxígeno. Al remover la mascarilla e iniciar la activación
de los pernos, se inicia una reacción química.
ü Estrés Primario de Vuelo:
Ø Estrés:
Uno
de los puntos más importantes dentro del trabajo y la vida diaria del piloto,
tripulación y del ser humano en general, es el conocimiento del estrés y el
cómo identificar sus signos y síntomas, su efecto en la performancia, y
establecer métodos de prevención y manejo del mismo. El termino lo introdujo el
médico canadiense Hans Seleye en 1961 y lo definió como: “una reacción, una
respuesta de la mente y cuerpo a cualquier cambio de demanda, de requerimiento
exterior (del ambiente) o interior (estresores internos o externos)”.
Otros
autores lo han definido como: “factores físicos, fisiológicos (químicos
incluso), o emocionales (psicológicos) que causan tensión al cuerpo o mente”.
En
esencia: estrés es cualquier cosa que compite por la energía del cuerpo. Encontramos
estrés continuamente; es parte de la vida diaria y nunca podrá ser totalmente
eliminado. Podemos dividirlo en estrés de corto plazo (el que se manifiesta de
manera reciente), y en estrés de largo plazo o crónico.
Estudios
realizados comprueban que la vida del piloto profesional es especialmente
estresante. Vistos como grupo, los pilotos poseen rasgos de personalidad que de
alguna forma buscan el enfrentarse a situaciones productoras de estrés; tienden
a gustar manejar los retos asociados al vuelo. El estrés es producido por
múltiples factores entre los que podemos clasificar principalmente a tres
diferentes categorías:
· Trabajo: estrés relativo a
desarrollo de tareas de cualquier clase; incluye actividad rutinaria y
profesional (manejar, caminar, leer, planeación del vuelo o el vuelo en sí,
etc.).
· Problemas físicos: fatiga,
enfermedad, hambre, incomodidad, etc.
· Problemas personales: economía,
relación familiar, ansiedad, etc.
-
Síntomas:
El
efecto primordial del estrés es el de reducir la capacidad de energía
disponible para cualquier performancia. Cada persona es física y emocionalmente
distinta por lo que es de esperarse que se reaccione diferente a fuentes
similares de estrés. Los síntomas del estrés pueden manifestarse ya sea por un
cambio de actitud física, mental o ambas.
Se
pueden ofrecer los siguientes como signos de estrés:
· Dificultad para razonar.
· Dolor muscular.
· Coordinación pobre.
· Escalofrío.
· Malestar general.
· Ojos inyectados u ojerosos.
· Lentitud al hablar.
· Salto de puntos en las listas de
verificación.
· Bostezos frecuentes.
· Falta de atención.
· Acciones inapropiadas.
· Flojera.
· Dificultad para enfoque visual.
-
Prevención:
El
aliviar el estrés puede conseguirse de varias maneras: los síntomas físicos del
estrés, especialmente de corto plazo, pueden ser aliviados, reducidos o
evitados aplicando algunas de las siguientes técnicas:
· Tratar de relajarse (estire sus
músculos).
· Practicar respiraciones largas,
profundas y lentas.
· Evitar tomar productos ricos en
cafeína.
· Tomar cantidades importantes de
agua o jugos de frutas.
El
estrés de largo plazo o crónico es mucho más difícil de tratar y realmente aquí
caben solamente las siguientes recomendaciones:
· Hay que reconocer los síntomas,
especialmente actitudes (irritabilidad, depresión, apatía, falta de autoestima,
etc.)
· No volar en estas condiciones.
Ø Fatiga:
El
síndrome de la fatiga incluye una serie de alteraciones tanto orgánicas como
psíquicas que son desencadenadas por exceso y/o carga de trabajo, encuadrándose
en un cuadro clínico realmente representativo. Debe hacerse notar que no es
exclusiva de las tripulaciones de vuelo y que tiene tres principios básicos para
entenderla:
· Tiene una relación causa - efecto
directa con la operación de vuelo.
· Sus efectos son progresivos, si no
se trata adecuadamente, y la evolución es tórpida y acumulativa.
· Es una enfermedad psicosomática,
afecta tanto al intelecto del individuo como al propio organismo desde el punto
de vista físico, provocando un déficit y deterioro de sus funciones
fisiológicas normales.
Las
fases de la fatiga se pueden clasificar de la siguiente forma:
· Fase de necesidad de sueño: En ella el tripulante se encuentra
cansado, y consigue todavía dormir con sueños eficaces, reparadores.
· Fase de sueño intranquilo: Duerme, pero no descansa. El sueño es no
reparador y por consiguiente no recupera la fatiga acumulada.
· Fase de insomnio: El tripulante tiene tal cantidad de fatiga
acumulada, que pese al cansancio no concilia el sueño, y consecuentemente se
fatiga más, alcanzando una situación de incapacidad psicofísica, con pérdida
notoria de sus facultades.
-
Causas:
Las
principales causas de la fatiga se pueden enumerar de la siguiente manera:
· Actividad de servicio prolongada.
· Excesivas horas de vuelo.
· Falta de condición física.
· Entrenamiento técnico básico
precario.
· Falta de conocimientos de la
operación de vuelo concreta a realizar.
· Dificultades adyacentes antes y
durante el vuelo. Meteorología, control, carga de trabajo, etc.
· Sobrecarga de estímulos
sensoriales. Sobre-estrés.
· Cruce de husos horarios (ritmo
circadiano).
-
Síntomas
y Prevención:
La
sintomatología de la fatiga variarán de acuerdo a la cantidad de fatiga
acumulada, es decir, se puede tener una fatiga aguda, en donde, de acuerdo a
los expertos se denomina como “fase maniaca”, o bien una fatiga crónica o
acumulada, también denominada “fase depresiva”, y se podrían encontrar los
siguientes síntomas:
Fase aguda (fase
maniaca)
· Hipertonía (aumento del tono
general muscular).
· Aumento de la libido.
· Diarrea.
· Ansiedad.
· Anorexia.
· Cefalea.
· Abuso del alcohol y tabaco.
· Riesgos innecesarios.
· Falta de atención.
· Palpitaciones.
· Dolor precordial.
· Dificultad respiratoria.
Fase crónica (fase
depresiva)
· Hiperreflexia (aumento de los
reflejos osteotendinosos)
· Irritabilidad.
· Confusión general.
· Retraimiento social.
· Mal cuidado personal
· Desmotivación (depresión)
· Disminución de la libido.
· Desconexión del ambiente externo.
Debido
a lo anterior, lo único que se recomienda es crear conciencia de los efectos
que pueden presentarse para tomar las medidas oportunas; a continuación son
presentadas algunas medidas y consejos prácticos que pueden ayudar a entender y
principalmente a reconocer, los efectos de la fatiga, pérdida de sueño y
rupturas del ritmo circadiano.
· La mayoría de los accidentes por
pérdida de sueño se producen entre las 11PM y 5 AM; hay que tomar en cuenta que
muchas tripulaciones laboran diariamente en este horario.
· La presión circadiana más intensa
para dormir (menor temperatura corporal y mayor nivel de fatiga) es entre las 3
y 6 AM.
· Los individuos con somnolencia,
han demostrado mala toma de decisiones y no reconocer su disminución de
rendimiento, particularmente en situaciones de emergencia.
· Se recomienda que antes de cada
servicio nocturno, se coma ligero, de ser posible alimentos bajos en calorías,
tomar mucho jugo o agua durante la noche sobre todo en un ambiente seco como es
la cabina de un avión.
Ø Percepciones e Ilusiones:
Como
señala el Dr. Gil Nagel en la publicación “Factores humanos en aviación”
(Asociación Latino-americana de Medicina de Aviación y del Espacio A.D.): “Una
característica negativa de la visión humana es la tendencia a la miopización
espontánea cuando la mirada se dirige a un campo vacío como ocurre en el
vuelo.”
Es
importante para el piloto conocer cómo se produce la Percepción de la distancia
o profundidad. Esta percepción se basa en una serie de claves o huellas
visuales entre las que destacan: la perspectiva lineal, la claridad, la
interposición y el movimiento.
Cuando,
sobre todo en la aproximación y aterrizaje visuales, faltan algunas de estas
claves pueden originarse errores perceptivos. Hay dos tipos de estados
psíquicos que se reflejan especialmente en la percepción:
Los deseos: captamos cosas que realmente no
son así precisamente porque desearíamos que así fuesen.
Los temores: cuando tenemos miedo a una
determinada circunstancia, tendemos a percibirla por todos los sitios. La
experiencia, positiva o negativa que tengamos sobre una cosa influye en la
percepción que más adelante captemos sobre la misma o similar cosa o situación.
Uno
de los trastornos más frecuentes de la percepción y a los que todos estamos
expuestos, son las ilusiones, que se
pueden considerar como una discrepancia entre lo que se percibe y la realidad
objetiva.
Las
ilusiones visuales durante la aproximación, pueden ser causadas por una o por
la combinación de varias de las siguientes circunstancias:
1.-
Terreno de aproximación en pendiente positiva o negativa; es decir cuesta
arriba o cuesta abajo.
2.-
Pistas con pendiente positiva o negativa.
3.-
Anchura de la pista.
4.-
Lluvia en el parabrisas.
5.-
Terreno de aproximación sin relevancia o puntos de referencia.
6.-
Intensidad de la iluminación de la pista.
7.-
Neblina.
8.-
Chaparrones aislados.
9.-
Oscuridad.
10.-
Efecto de agujero negro.
El
tipo de ilusión denominado Agujero Negro,
puede ocurrir en una noche clara sin horizonte visible. El avión hace su
aproximación sobre el mar o sobre un terreno sin relieves ni luces visibles,
hacia un aeropuerto situado delante de una ciudad brillantemente iluminada. El
piloto tiende a volar a lo largo de un arco de circunferencia cuya senda
resulta de mantener un ángulo visual constante orientado desde sus ojos a las
luces próximas y lejanas de la ciudad. Estas condiciones engañosas se presentan
con más fuerza si el terreno de la ciudad tiene una inclinación ascendente, en
cuyo caso la senda de descenso puede llegar a niveles de altitud críticamente
bajos. La falta de luces en la proximidad, le niega al piloto importante
información y por ello tiende a hacer una toma corta.
Ø Aceleraciones:
El
desplazamiento de un avión en vuelo da lugar a cambios en la velocidad, en la
dirección o en ambos simultáneamente; dichos cambios afectan la fuerza de la
gravedad (g) a la cual, el ser humano está adaptado, aumentándola,
reduciéndola, invirtiéndola o neutralizándola, ocasionando con ello
alteraciones orgánicas a las personas a bordo que afectan la salud y seguridad
durante el vuelo.
De
conformidad con la tercera ley de Newton, a una acción corresponde una reacción
igual en el sentido opuesto.
Con
base en ello cuando una aeronave en vuelo aumenta su velocidad se debe a la
generación de una fuerza considerada como centrípeta, por cuyo efecto el avión
se desplaza hacia delante, originando con ello una fuerza centrífuga en sentido
opuesto que empuja al piloto contra su asiento. Es esta fuerza centrífuga la
que representa la aceleración. De la misma manera cuando un avión en vuelo
cambia de dirección, por ejemplo para ascender al salir de una picada, la
fuerza centrípeta es la que provoca el ascenso del avión y la aceleración
resultante es la fuerza centrífuga que presiona al cuerpo del piloto contra el
asiento, la cual es directamente proporcional al cuadrado de la velocidad y a
la masa del aeronave, e inversamente proporcional al radio de la curvatura en
la cual se produce el cambio en dirección. Con base en ello existe una
codificación universal para designar las aceleraciones, según el eje del cuerpo
sobre el cual actúan, y en la dirección en la que la fuerza centrífuga
(aceleración) se genera.
Cuando
la aceleración actúa paralelamente al eje vertical del cuerpo, se denomina
fuerza GZ siendo positiva cuando la aceleración actúa de la cabeza a los pies
(GZ+) y negativa cuando dicha aceleración actúa de los pies hacia la cabeza
(GZ-).
Cuando
las fuerzas actúan en el eje anteroposterior del cuerpo, se denominan
aceleraciones GX, siendo positivas cuando la aceleración o fuerza centrífuga se
dirige de adelante hacia atrás (GX+), y por el contrario cuando dicha aceleración
actúa de atrás hacia delante se denomina aceleración (GX-).
Cuando
la fuerza actúa sobre el eje lateral del cuerpo y la fuerza centrífuga o
aceleración se genera de derecha a izquierda, se denomina GY+, y cuando la
fuerza se genera en sentido contrario, es decir, de izquierda hacia derecha se
denomina GY-.
ü Desórdenes relacionados a la
Altitud:
Ø Disbarismo
Es
el término que genéricamente se emplea para definir las alteraciones de los
gases en el organismo, como consecuencia de la exposición a los cambios de la
presión atmosférica.
-
Disbarismo
en el tracto digestivo:
Existen
ocasionalmente condiciones anormales que pueden dar lugar a una mayor formación
de gas en el tracto gastrointestinal (trastornos inflamatorios de las vías
digestivas, alteraciones de los procesos digestivos, ingestión exagerada de
cierto tipo de alimentos altamente formadores de gas o deglución excesiva de
aire), o a una limitación o imposibilidad para la expulsión de gas hacia el
exterior (procesos oclusivos del tracto gastrointestinal de cualquier origen)
que con la exposición a la altitud provoquen distensión exagerada de las
vísceras gastrointestinales provocando dolor que puede ser suficientemente
intenso para ocasionar un cuadro severo de sobre distensión abdominal
acompañado de trastornos neurovegetativos dando lugar a palidez, sudoración,
hipotensión arterial y colapso.
Prevención:
- Evitar el hábito de masticar
chicle para reducir la deglución excesiva de aire.
- Mantener buenos hábitos de
alimentación.
- Evitar la ingestión de alimentos
altamente formadores de gas (col, manzanas crudas, apio, embutidos,
alimentos ricos en grasas, bebidas gaseosas, etc.) antes de un vuelo.
- Evitar el vuelo con trastornos digestivos agudos y crónicos susceptibles de agravarse en vuelo.
-
Disbarismo
en Oído Medio:
A
nivel del suelo el aire del oído medio se mantiene en equilibrio con el aire
exterior y el tímpano se mantiene estable en su posición normal; durante el
ascenso, dado que la presión atmosférica va disminuyendo progresivamente, la
presión del aire dentro del oído se encuentra a una presión mayor creándose por
esta razón una presión diferencial que “empuja” el tímpano hacia fuera
provocando una sensación de llenura o de sordera parcial; cuando esta presión
diferencial alcanza los 15 mmHg, lo que se logra con un ascenso cada 500 o 1000
pies, se forza la salida de una burbuja de aire hacia el exterior a través del
estrechamiento; esto equilibra temporalmente la presión con lo cual el tímpano
regresa a su posición normal; si el ascenso continua, esta misma operación se
va repitiendo cada 500 o 1000 pies, es decir, durante el ascenso el equilibrio
de presiones entre el aire del oído medio y el aire atmosférico se realiza
automáticamente.
Durante
del descenso, sucede exactamente lo contrario, es decir, debido a que la
presión atmosférica va aumentando progresivamente el tímpano se retrae hacia
adentro por la presión diferencial creada a su través, esta vez por mayor
presión del aire atmosférico; para lograr el equilibrio de presiones en el
oído, el aire tiene que entrar de la rinofaringe hacia el oído medio a través
de la trompa de Eustaquio, lo cual no puede llevarse a cabo a menos que se abra
el orificio de desembocadura de este conducto, el cual como ya se mencionó dada
su conformación anatómica permanece cerrado; para lograr la apertura y permitir
el paso del aire se requiere de movimientos de masticación, deglución o bostezo
mediante los cuales los músculos faríngeos abran este orificio para permitir el
paso del aire; en consecuencia, el equilibrio de presiones en el oído medio
durante el descenso no es automático sino que requiere la realización de este
tipo de movimientos para permitir el paso del aire hacia el oído medio.
Prevención:
Maniobra de Valsalva: consiste en realizar una
expiración forzada con la oclusión de ambas fosas nasales mediante los dedos
pulgar e índice y los labios cerrados.
Maniobra de Frenzel: se realiza mediante el cierre de
la glotis y los labios mientras se ocluyen ambas fosas nasales y
simultáneamente se contraen los músculos del techo de la boca y la faringe.
Maniobra de Toynbee: consiste en realizar movimientos
de deglución con ambas fosas nasales ocluidas; es más útil para checar la
permeabilidad de la trompa, pero no es muy recomendable realizarla durante el
descenso.
-
Barosinusitis:
Se
define como un proceso agudo, traumático, de uno o varios de los senos
paranasales provocados por una presión diferencial entre el aire atmosférico y
el contenido en la cavidad del seno.
Los
senos más frecuentemente afectados son: los senos frontales en primer lugar y
los senos maxilares en segundo. Los síntomas más frecuentes aparecen durante el
descenso de un vuelo, aunque no es raro presentar también la barosinusitis
durante el ascenso.
Esta
inicia con la sensación de plenitud o presión en el área afectada seguida de
dolor progresivamente creciente a medida que la presión diferencial aumenta, el
cual ha de manifestarse en la región fronto - nasal, en uno o ambos pómulos y
en las sienes o regiones temporales, llegando a ser sumamente intenso dando
lugar a síntomas neurovegetativos como son palidez, sudoración, mareo,
hipotensión arterial y hasta colapso. Se acompañan en ocasiones de dolor en las
piezas dentarias superiores por la contigüidad de estas piezas con el piso del
seno maxilar así como dolor y congestión ocular por la contigüidad del globo
del ojo con el techo del seno maxilar o piso de la cavidad orbitaria.
Prevención:
Debe
de evitarse la actividad de vuelo cuando se padece un resfriado común o un
proceso inflamatorio de las vías respiratorias altas de cualquier causa, que
afecten la permeabilidad de los conductos de los senos paranasales.
En
el caso de presentarse un cuadro de barosinusitis fuera de base o durante algún
vuelo, deberá realizarse lo siguiente: atomizaciones a la nariz con un spray
que contenga vaso constrictores, antihistamínicos tópicos y antiinflamatorios,
los cuales se utilizarán con cautela y sin abusar de su empleo; deberán tomarse
analgésicos preferentemente del tipo de la aspirina o paracetamol
preferentemente combinado con algún antiinflamatorio no esteroide. Los cambios
de altitud deberán realizarse lentamente y en aeronaves presurizadas deberá
ajustarse el régimen de despresurización a lo más bajo permisible.
-
En
cavidades dentarias:
El
personal de vuelo afectado con caries dentales o con oclusiones dentarias
deficientemente realizadas, puede acumular aire en dichas caries o en los
espacios existentes entre una obturación dental y la propia pieza dentaria;
este aire acumulado de conformidad con la ley de Boyle, se expande en la
altitud provocando con ello la irritación de la raíz nerviosa de la pieza o
piezas dentarias afectadas, ocasionando dolor en ocasiones sumamente intenso e
incapacitante que puede afectar o comprometer la seguridad de un vuelo.
A
este padecimiento se le conoce como barodontalgia o aerodontalgia; se presenta
única y exclusivamente durante el ascenso, desaparece mediante el descenso y se
previene a través del cuidado minucioso y la atención correcta y especializada
de los padecimientos dentales. Un absceso dentario dado que produce una
acumulación de gas, puede ocasionar igualmente esta sintomatología durante la
exposición a la altitud en un vuelo.
-
Enfermedad
por descompresión:
El
cuerpo humano mantiene disuelto en sus tejidos y líquidos una mezcla de gases
de los cuales el más importante es el nitrógeno (N2). Este gas tiende a
mantener su equilibrio con la presión parcial del nitrógeno del aire
atmosférico en tal forma que cuando se realiza un ascenso en forma lenta y
progresiva, el nitrógeno abandona su estado de solución, pasa al torrente
sanguíneo, llega al pulmón, y es expulsado al exterior durante la fase
espiratoria de la respiración para mantener su equilibrio de presiones con el
nitrógeno atmosférico.
Cuando
un miembro de tripulación de vuelo asciende bruscamente por arriba de los
25,000 o 30,000 ft o volando en un equipo presurizado se expone a una
descompresión súbita de la cabina, el nitrógeno de su cuerpo tiene a
equilibrarse en su presión con el nitrógeno atmosférico liberándose igualmente
en forma de burbujas las cuales seguirán produciéndose hasta que dicho
equilibrio se haya alcanzado. A este fenómeno en medicina de aviación se le
llama aeroembolismo y en medicina submarina se le denomina enfermedad por
descompresión.
Los
síntomas se manifiestan en distintos aparatos y sistemas del cuerpo:
Sistema musculo -
esquelético: La
liberación del nitrógeno en la superficie de las grandes articulaciones
(rodilla, hombros y codos), provoca irritabilidad de las membranas sinoviales
de dichas articulaciones ocasionando dolor intenso de las superficies
articulares que llegan a producir impotencia funcional parcial o total de la
articulación afectada por dolor, el cual se exacerba al frotar dicha articulación,
debido a que con ello se produce la fragmentación de las burbujas de nitrógeno
en otras de tamaño menor que afectan una mayor superficie sinovial; así mismo,
los movimientos de la articulación afectada incrementan también el dolor
articular.
Aparato respiratorio: La liberación de burbujas de
nitrógeno a nivel de las superficies del mediastino, produce embolias gaseosas
comprobadas radiológicamente en dicha región, lo cual ocasiona los síntomas
siguientes: dolor y ardor retroesternal, sequedad intensa de las vías
respiratorias desde la nariz hasta la tráquea (como si estuviera respirando
aire seco en el desierto), tos seca no productiva (tos de perro) que no alivia
los síntomas sino por el contrario incrementa el dolor.
Sistema tegumentario: la liberación del nitrógeno en el
tejido celular subcutáneo provoca la irritación de las terminaciones nerviosas
periféricas en ese lugar, dando lugar a una serie de sensaciones llamadas
genéricamente parestesias: picaduras, pinchazos, quemaduras, hormigueos,
congeladuras, etc., dependiendo del área afectada.
Sistema nervioso
central: La
liberación del nitrógeno en el líquido cefalorraquídeo afortunadamente es la
más rara aunque provoca los síntomas más graves y más duraderos como son:
parestesias, parálisis de determinados sectores, trastornos motores de tipo
convulsivo de determinadas áreas, trastornos neurológicos y psiquiátricos,
pudiendo llegar a provocar la muerte por shock neurogénico.
Prevención:
· Evitar o reducir la actividad
física excesiva durante el vuelo.
· Usar ropa y equipo adecuado para
protegerse del frío de la altitud.
· Si se va a volar a gran altitud y
por tiempo prolongado, es recomendable practicar la desnitrogenización; esta se
logra respirando 100% de oxígeno por lo menos 30 minutos antes del vuelo y
continuar inhalándola durante todo el vuelo; ello provoca la expulsión del
nitrógeno y protege contra esta eventualidad.
· Evitar la acumulación de tejido
adiposo mediante el cuidado de su peso.
· Evitar realizar actividad de buceo
en aguas profundas si se va a realizar un vuelo, y no realizar esta actividad
hasta por lo menos 12 horas después de haber buceado.
CONCLUSIÓN:
Resulta
fascinante la forma en que el ser humano a través de su imaginación logró
percibir el pensamiento de algún día volar sobre el cielo y espacio que nos
cubre, más fascinante aún, que haya desafiado los límites de la física y
naturaleza para llegar al desarrollo de aeronaves en un proceso de acierto y
error, que finalmente darían paso a un avance en el transporte de enfermos y
heridos (comenzando en el ramo militar), y que con el tiempo podría expandirse
a los servicios médicos en distintas partes del mundo.
El
profesional de cuidados críticos debe ser competitivo y hábil en su lugar de
trabajo (por muy pequeño o reducido que éste sea), debe estar alerta a los
cambios fisiológicos que el paciente y él mismo pueden experimentar conforme
aumente la altitud y presión barométrica, así como los cambios que pueda sufrir
el equipo médico al verse envuelto bajo las leyes de los gases que ya se
expusieron. Así mismo, los pilotos deben estar doblemente alertas consigo
mismos, pues son la brújula y control para llevar a cabo con éxito el traslado,
y ver por su bienestar mantendrá a salvo a la tripulación completa y a la misma
aeronave.
Como
en todo equipo de trabajo la unión hace la fuerza, y es el conocimiento el que
ayuda a salvar una vida y no sólo la buena intención por ayudar; de tal manera
que las bases de fisiología de vuelo serán el pan de cada día en cada misión.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
v Gay José, Gispert Carlos. (1997).
Preceptor Enciclopedia Temática Estudiantil Océano. Barcelona, España. Primera
edición. Océano Grupo Editorial. Páginas: 494, 495, 496.
v N. Pollak Andrew. (2018). Critical
Care Transport. Estados Unidos de América. Segunda edición. Jones &
Bartlett Learning. Páginas: 54, 55, 56, 57.
WEBGRAFÍA:
v Amézcua González Luis. (SF).
Efectos fisiológicos del vuelo. Sociedad Española de Medicina Aeroespacial.
Recuperado el 18 de noviembre de 2018 en:
http://www.semae.es/wp-content/uploads/2011/11/3.-Fisiolog%C3%ADa-del-Vuelo-Hipoxia-Disbarismos-y-Aceleraciones.pdf
v Amézcua Pacheco Octavio D. (SF).
Factores humanos en aviación. Sociedad Española de Medicina Aeroespacial.
Recuperado el 20 de noviembre de 2018 en: http://www.semae.es/wp-content/uploads/2011/11/Factores-Humanos.pdf
v Eduardo Rajdl N. (Mayo de
2011). Aerotransporte: aspectos básicos
y clínicos. Revista Médica Las Condes. Volúmen 22, Número 3. Páginas: 389 a
396. Recuperado el 22 de noviembre de 2018 en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864011704394#!
No hay comentarios:
Publicar un comentario